Reflexión sobre centros innovadores

La innovación y renovación en los centros de enseñanza debería de ser algo permanente, un proceso constante de mejora. La sociedad cambia y por tanto los centros educativos y las maneras de enseñar deberían de cambiar con ella. Hoy en día uno de los mayores retos es implantar la tecnología de manera innovadora en el aula, pero de hacerlo, ha de ser de manera efectiva.

Para esto, los profesores tienen que estar correctamente formados en el uso de las TIC, y tienen que conocer todos los recursos que esta clase de tecnología les ofrece. En ciertas ocasiones, hay un claro déficit a la hora de saber aprovechar los recursos de los que se dispone en el aula, pero no solo es importante saber qué uso darle a los recursos, sino que también hay que enseñar al alumnado a ser responsable con las nuevas tecnologías. A pesar de que el uso de las TIC sea un buen recurso para motivar y llamar la atención del alumnado, creo que en la sociedad actual los alumnos y alumnas están sobreestimulados a base del uso de teléfonos móviles, televisión a la carta y toda la información que quieran al alcance de su mano. Por eso, parte importante de este proceso debería de ser la concienciación hacia el uso responsable y moderada de la tecnología.

Aun así, la innovación no trata solo del uso de las TIC, sino que también hay técnicas (nuevas y no tan nuevas) que se pueden llevar cabo. Como por ejemplo, en uno de los colegios de los vídeos visualizados en el aula aplican aprendizaje cooperativo: una manera de enseñar y aprender diferente a lo que se está acostumbrado en la clase tradicional. Si bien veo provechosa esta técnica, no creo que se deba de ser la base del sistema educativo completo ya que igual que es importante que los alumnos aprendan a trabajar en equipo y ayudarse unos a otros, también veo importante que sepan trabajar de manera individual y comprendan sus reponsabilidades.

El segundo colegio aplica una técnica que podríamos llamar contraria al aprendizaje cooperativo, busca el aprendizaje totalmente individualizado. Los alumnos aprenden independientemente y a su ritmo, y el profesor es un guía con el que se reúnen una vez a la semana para preguntar dudas. A mi este sistema me parece aplicable para un cierto momento o proyecto. Si bien es cierto que los alumnos desarrollan el sentido de la responsabilidad, puede que no siempre estén interesados en aprender, porque no están suficientemente motivados, porque están pasando una mala etapa o simplemente porque durante la adolescencia es bastante necesario que se preste especial atención a empujar desde cerca a los alumnos a esforzarse porque es una etapa de muchos cambios en su vida. 
 
Para mi, el aula innovadora ideal cubriría ambos aspectos: desarrollaría tanto el sentido de la responsabilidad individual, como las aptitudes de trabajo en equipo y de enseñanza y aprendizaje junto con los compañeros.

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